Pedro Salinas fue un destacado escritor y poeta español, reconocido por su poesía y ensayos. Formó parte de la Generación del 27, siendo considerado uno de sus principales exponentes. Su labor como traductor de las obras de Marcel Proust contribuyó a difundir al novelista francés en el mundo hispanohablante.
Salinas vivió en el exilio en Estados Unidos después de la guerra civil española hasta su fallecimiento en 1951. Su trilogía poética “La voz a ti debida”, “Razón de amor” y “Largo lamento” fue dedicada a Katherine R. Whitmore, una importante influencia en su vida y obra.
Amor y poesía
Para Pedro Salinas, el amor y la poesía estaban íntimamente relacionados. En su obra, el amor es visto como una fuerza que transforma al individuo y lo lleva a un estado de plenitud y felicidad. Pero también es una experiencia dolorosa, que puede llevar a la desesperación y al sufrimiento. En sus poemas de amor, Salinas muestra una gran habilidad para captar la complejidad de los sentimientos amorosos y para expresarlos de manera poética y profunda.
Analizando poemas de Pedro Salinas
“Ayer te besé en los labios”:
Ayer te besé en los labios. Te besé en los labios. Densos, rojos. Fue un beso tan corto, que duró más que un relámpago, que un milagro, más. El tiempo después de dártelo no lo quise para nada ya, para nada lo había querido antes. Se empezó, se acabó en él. Hoy estoy besando un beso; estoy solo con mis labios. Los pongo no en tu boca, no, ya no… -¿Adónde se me ha escapado?-. Los pongo en el beso que te di ayer, en las bocas juntas del beso que se besaron. Y dura este beso más que el silencio, que la luz. Porque ya no es una carne ni una boca lo que beso, que se escapa, que me huye. No. Te estoy besando más lejos.
En este poema, Salinas explora la fugacidad de un beso y la intensidad de su significado. El hablante reflexiona sobre la brevedad de ese beso, que se convierte en un recuerdo perdurable. El poema sugiere que el verdadero poder del beso radica en su memoria, más que en el acto en sí mismo. Además, el hablante muestra la añoranza y el deseo de revivir ese beso a través del pensamiento.
“Razón de amor”:
Si la voz se sintiera con los ojos ¡ay, cómo te vería! Tu voz tiene una luz que me ilumina, luz del oír. Al hablar se encienden los espacios del sonido, se quiebra al silencio la gran oscuridad que es. Tu palabra tiene visos de albor, de aurora joven, cada día, al venir a mí de nuevo. Cuando afirmas, un gozo cenital, un mediodía, impera, ya sin arte de los ojos. Noche no hay si me hablas por la noche. Ni soledad, aquí solo en mi cuarto si tu voz llega, tan sin cuerpo, leve. Porque tu voz crea su cuerpo. Nacen en el vacío espacio, innumerables, las formas delicadas y posibles del cuerpo de tu voz. Casi se engañan los labios y los brazos que te buscan. Y almas de labios, almas de los brazos, buscan alrededor las, por tu voz hechas nacer, divinas criaturas, invento de tu hablar. Y a la luz del oir, en ese ámbito que los ojos no ven, todo radiante, se besan por nosotros los dos enamorados que no tienen más día ni más noche que tu voz estrellada, o que tu sol.
En este poema, el hablante reflexiona sobre el poder y la belleza de la voz amada. La voz se convierte en una fuente de luz y alegría, capaz de iluminar y transformar el entorno. El poema sugiere que la voz crea imágenes y formas en la mente del oyente, generando una conexión profunda y emocional.
“Pensarte es tenerte”:
¡Cómo me dejas que te piense! Pensar en ti no lo hago solo, yo. Pensar en ti es tenerte, como el desnudo cuerpo ante los besos, toda ante mí, entregada. Siento cómo te das a mi memoria, cómo te rindes al pensar ardiente, tu gran consentimiento en la distancia, y más que consentir, más que entregarte, me ayudas, vienes hasta mí, me enseñas recuerdos en escorzo, me haces señas con las delicias, vivas, del pasado, invitándome. Me dices desde allá que hagamos lo que quiero -unirnos- al pensarte, y entramos por el beso que me abres, y pensamos en ti, los dos, yo solo.
Este poema aborda la relación entre el pensamiento y la presencia del ser amado. Salinas describe cómo el pensamiento de la persona amada se convierte en una forma de tenerla presente, incluso en la distancia física. El hablante experimenta una conexión íntima y emocional a través del acto de pensar en la otra persona, como si estuvieran unidos en ese pensamiento.
“La voz a ti debida”:
Tú vives siempre en tus actos. Con la punta de tus dedos pulsas el mundo, le arrancas auroras, triunfos, colores, alegrías: es tu música. La vida es lo que tú tocas. De tus ojos, sólo de ellos, sale la luz que te guía los pasos. Andas por lo que ves. Nada más. Y si una duda te hace señas a diez mil kilómetros, lo dejas todo, te arrojas sobre proas, sobre alas, estás ya allí; con los besos, con los dientes la desgarras: ya no es duda. Tú nunca puedes dudar. Porque has vuelto los misterios del revés. Y tus enigmas, lo que nunca entenderás, son esas cosas tan claras: la arena donde te tiendes, la marcha de tu reloj y el tierno cuerpo rosado que te encuentras en tu espejo cada día al despertar, y es el tuyo. Los prodigios que están descifrados ya. Y nunca te equivocaste, más que una vez, una noche que te encaprichó una sombra -la única que te ha gustado-. Una sombra parecía. Y la quisiste abrazar. Y era yo.
En este poema, Salinas elogia y celebra a su amada, destacando cómo ella vive plenamente a través de sus acciones. La voz poética reconoce la capacidad de su amada para transformar el mundo a su alrededor, guiada por su intuición y percepción aguda. El poema destaca la confianza y la seguridad en sí misma de la amada, su habilidad para superar obstáculos y encontrar la belleza en los detalles cotidianos.
“Underwood girls”:
Quietas, dormidas estén, las treinta, redondas, blancas. Entre todas sostienen el mudo. Míralas, aquí en su sueño, como nubes, redondas, blancas, y dentro destinos de trueno y rayo, destinos de lluvia lenta, de nieve, de viento, signos. Despiértalas, con contactos saltarines de dedos rápidos, leves, como a músicas antiguas. Ellas suenan otra música: fantasías de metal valses duros, al dictado. Que se alcen desde siglos todas iguales, distintas como las olas del mar y una gran alma secreta. Que se crean que es la carta, la fórmula, como siempre. Tú, alócate bien los dedos, y las raptas y las lanzas, a las treinta, eternas ninfas contra el gran mundo vacío, blanco en blanco. Por fin a la hazaña pura, sin palabras, sin sentido, ese, zeda, jota, i …
En este poema, se describe a treinta máquinas de escribir, personificadas como “eternas ninfas”. El hablante invita a despertarlas y utilizarlas, comparando su sonido con la música antigua. El poema sugiere que estas máquinas tienen un poder creativo y simbólico, capaz de desafiar al mundo vacío y dar forma a una “hazaña pura” a través de la escritura.
Preguntas frecuentes sobre Pedro Salinas
¿Cuál fue la fecha de nacimiento de Pedro Salinas?
Pedro Salinas nació el 27 de noviembre de 1891.
¿En qué ciudad nació Pedro Salinas?
Pedro Salinas nació en Madrid, España.
¿Cuál fue la contribución de Pedro Salinas a la Generación del 27?
Se considera a Pedro Salinas uno de los mayores poetas de la Generación del 27.
¿Dónde se exilió Pedro Salinas después de la guerra civil española?
Después de la guerra civil española, Pedro Salinas se exilió en Estados Unidos.
¿Cuál fue la profesión de Pedro Salinas antes de dedicarse a la escritura?
Pedro Salinas fue comerciante en géneros, siguiendo la profesión de su padre.
¿En qué universidad estudió Pedro Salinas?
Pedro Salinas estudió en la Universidad de Madrid, donde inicialmente comenzó a estudiar derecho y luego se matriculó en Filosofía y Letras.
¿Qué obra literaria tradujo Pedro Salinas y qué impacto tuvo?
Pedro Salinas realizó traducciones de la obra del novelista francés Marcel Proust, contribuyendo así al conocimiento de Proust en el mundo hispanohablante.
¿Cuándo y dónde conoció Pedro Salinas a Katherine R. Whitmore?
Pedro Salinas conoció a Katherine R. Whitmore en el verano de 1932, durante su implicación en la creación de la Universidad Internacional de Verano de Santander.
¿Cuáles fueron las obras poéticas que Pedro Salinas dedicó a Katherine R. Whitmore?
Pedro Salinas dedicó una trilogía poética a Katherine R. Whitmore, compuesta por los libros “La voz a ti debida”, “Razón de amor” y “Largo lamento”.
¿Dónde se encuentra el epistolario de Pedro Salinas y Katherine R. Whitmore y cuándo fue autorizado para su publicación?
El epistolario de Pedro Salinas y Katherine R. Whitmore se encuentra en la biblioteca de la Universidad Harvard. Fue autorizado para su publicación por Katherine R. Whitmore, 20 años después de la muerte de Salinas, con la condición de omitir las cartas que ella le envió.
Estudiante de periodismo.
Amante de la música, la guitarra y el piano.
Guitarrista en los Clavos Oxidados de Badajoz.